CORO DEL 3ERO. "B"

CORO DEL 3ERO. "B"

sábado, 22 de junio de 2019

LECTURA 06


LECTURA 06

La atracción gravitatoria de la Luna sobre la Tierra hace subir el nivel del océano a ambos lados de nuestro planeta y crea así dos abultamientos.
Uno mira siempre hacia la Luna y el otro en dirección contraria y se desplazan de este a oeste alrededor de la superficie de la Tierra. Este movimiento crea las mareas altas o corrientes de mar que son muy visibles a través de las olas. Al efectuar este desplazamiento los dos bultos rozan contra el fondo de los mares poco profundos como el de Bering o el de Irlanda. Tal rozamiento convierte energía de rotación en calor y este consumo de la energía de rotación terrestre hace que el movimiento de rotación de la Tierra alrededor de su eje vaya disminuyendo poco a poco. Las mareas actúan como un freno sobre la rotación de la Tierra y como consecuencia de ello los días terrestres se van alargando un segundo cada mil años. La Luna no tiene mares ni mareas. Sin embargo, la corteza sólida de la Luna está expuesta a la fuerza gravitatoria de la Tierra y no hay que olvidar que ésta es ochenta veces más grande que la de la Luna. Así, pues la Luna, con una reserva inicial de energía muy pequeña, socavada rápidamente por los grandes bultos provocados por la Tierra, tuvo que sufrir una disminución relativamente rápida de su período de rotación. Hace seguramente muchos millones de años debió de desacelerarse hasta el punto de que el día lunar se igualó con el mes lunar. De ahí en adelante, la Luna siempre mostraría la misma cara hacia la Tierra. Esto a su vez, congela los abultamientos en una posición fija. Uno de ellos mira hacia la Tierra desde el centro mismo de la cara lunar que nosotros vemos, mientras que el otro apunta en la dirección contraria desde el centro mismo de la cara que no vemos. Puesto que las dos caras no cambian de posición a medida que la Luna gira alrededor de la Tierra, los bultos no experimentan ningún nuevo cambio. La Luna continuará mostrándonos la misma cara indefinidamente; lo cual, como vemos, no es ninguna coincidencia, sino consecuencia inevitable de fuerza gravitatoria de la tierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De que trata principalmente el texto